Estoy
deseando que se promulgue la ley antitabaco para meter en vereda a tantos
cabrones malcriados y viciosos. No se puede fumar en los aeropuertos ni en el
metro ni en las estaciones de trenes y autobuses, pero ellos ni puto caso porque
son los "machos" de la cañada. Qué satisfacción más grande cuando se
pueda imponer el orden en los restaurantes, bares y panaderías a golpe de multa
de 600 euros, y los insolventes a la sombra una temporadita. ¿Exageración?
Exageración es no fumar y oler a tabaco; exageración es no fumar y comer con
sabor a tabaco; exageración es no fumar y sufrir conjuntivitis. Cero tolerancia
con esas chimeneas ambulantes. Colegas antitabaquistas, ya queda menos. Nada de
caer en la sana tentación de empuñar un bate de béisbol para bajarles los humos
a los matones del pitillo hediondo. La guerra la tenemos ganada. Y, ojito,
después con soportar a nuestros vecinos fumando en los balcones contiguos. Aire
puro dentro y fuera de las viviendas. ¡¡Que se vayan a fumar a la montaña!!
Bueno tampoco porque una colilla puede ocasionar una catástrofe ecológica. No a
la dictadura de los paniaguados. Algunos, con un simple cortado (perico,
manchado), por valor de un ridículo euro, y con el periódico (gratis), se
apalancan en el bar de turno y ni con agua caliente se mueven. ¡¡Qué democracia
más imperfecta!! Y encima tienen la enfermiza costumbre de sentarse justo al
lado de los no fumadores. ¡¡Apestados de la nicotina, rendíos!! ¡¡Estáis rodeados!!
"La mayoría de hombres estiran la pata sin haber
pensado jamás" (Giacomo Casanova). ¿Cuántas veces, amable lector, ha
pensado en las necesidades humanas de su esposa, novia o amante? Todas las mujeres,
incluso más allá de los sesenta añitos de edad, precisan de mucho cariño,
toqueteos, penetramiento. De noche, de madrugda, por la mañana. ¿Que no es así?
¡¡Ay, amiguito!! "Librenos Dios de los hombres de un sólo libro"
(Giacomo Casanova). ¿Conoce a Silvia Tortosa? ¡¡Cómo está la criaturita en la
frontera de los sesenta años!! Pecho tipo manzana, talle de muñeca, culito para
enmarcarlo. Pero ¿sabe por qué? "Nunca he fumado ni bebido ni
trasnochado". ¡¡Nada de tabaco!! Giacomo Casanova
tampoco fumó jamás. ¿Por qué no se cuida, hombre de Dios, o prefiere seguir
mirando para otro lado cuando su señora esposa busque un apaño para suplir
tantas noches en barbecho?
Fuente: JL Balbín M.
SEÑORES LA VIRILIDAD ESTÁ EN PELIGRO
CABALLERAS Y CABALLEROS QUÉ QUIEREN TOMAR
TODOS Y TODAS A FUMAR A LA PUTA CALLE
SEÑORAS LA MEDICINA SE HA PRONUNCIADO
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AGENCIA BK DETECTIVES ASOCIADOS