SICARIO INFANTIL COLOMBIANO
Caso de "Niño sicario" podría resolverse hoy
El adolescente colombiano disparó a un testigo clave por un caso de droga y fue detenido hace nueve días.
Con chaleco policial, luciendo un buzo rojo, jean, y custodiado por elementos de élite de la Policía, el menor sicario colombiano llegó a la audiencia de hábeas corpus a las 08:25 de ayer al Municipio de Quito.
"Gracias, gracias", fueron las dos únicas palabras que dijo el adolescente de 15 años, acusado de sicariato, en los 10 minutos que duró la audiencia.
De 1.20 centímetros de estatura, con un casco que le bailaba en la cabeza y un chaleco antibalas que parecía un camisón, el chico sicario a quien le habían ofrecido 25 mil dólares por asesinar a un juez penal, a un oficial de la Policía y un testigo clave, pasó casi desapercibido.
El muchacho también mostró una de sus manos, la huella rojiza en su extremidad derecha sería la prueba del supuesto maltrato físico que recibió. Una hora con 45 minutos antes que se instale la diligencia, hasta el palacio municipal llegó la Policía para inspeccionar el área donde se iba a realizar la audiencia. Información.
COLOMBIANOS DENUNCIAN XENOFOBIA
Los brotes de xenofobia en Ecuador contra colombianos toman tintes preocupantes. Una investigación de EL TIEMPO descubrió que los casos de atropello xenofóbico en este país van sumando carpetas en los organismos de protección de los derechos humanos.
Se pudieron constatar casos como el de la tienda de doña Carmen, en la zona de Guayllabamba, a 30 minutos de Quito, en cuya puerta se lee un letrero que reza: "No se vende a colombianos".
Doña Carmen, una señora de mediana edad, está decidida a no recibir en su establecimiento a ningún colombiano, "porque han llenado el pueblo de ladrones, prostitutas y han venido a quitar el empleo de los ecuatorianos en las plantaciones (de flores)".
A Juan José le negaron la matrícula en un colegio particular porque el rector "no quiere que se dañe la imagen del plantel". Y Rocío* prefiere no hablar en un bus "porque su acento hace que la gente se ponga nerviosa y agarren con fuerza sus bolsos".
Lorena, una indocumentada caleña de 23 años que labora en un burdel del norte de Quito, fue obligada a tener sexo en el asiento posterior de una patrulla con dos de los tres policías que la detuvieron, bajo amenazas de ser deportada.
Negativa para alquiler de habitaciones, para brindarles atención hospitalaria, acusaciones policiales falsas y denuncias por parte de los mismos patronos a colombianos a los que les deben sus salarios son, entre otras, las causas de las denuncias que diariamente llegan al Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes (SJRM).
Según el director de esta organización, Guillermo Rovayo, unas 15 denuncias se reciben diariamente. De estas, cinco se relacionan con hechos de abuso de autoridad y actos de xenofobia o discriminación contra colombianos, la mayor comunidad de refugiados e indocumentados que se registra en este país.
El estatus de refugiado permite en algo que un afectado pueda denunciar los abusos. Pero muchos casos, particularmente de los "sin papeles", se quedan en la sombra por el temor de provocar su deportación, coinciden en señalar los encargados de apoyar a los extranjeros afectados. "Los más vulnerables son los que ni siquiera acceden a la condición jurídica de inmigrantes o refugiados", puntualiza Rovayo.
Patricia llegó hace cuatro años a Ecuador con su hijo de 6 años.
Con indignación y en medio de las lágrimas cuenta que quiso "descontaminarse" del entorno violento que se generó en su región natal (Caldas). Pero "aquí, mi hijo fue víctima directa del abuso y la violencia", cuenta.
El menor recibió una bofetada del director de la escuela. La razón: expresó a voz en cuello que la profesora tenía una "chucha terrible" (acepción que en Ecuador es una grosería y nada tiene que ver con el mal olor de una persona).
Cuando su madre fue al colegio a reclamar la acción, el rector del colegio le dijo: "Claro, si son colombianos, qué más se puede esperar".
Patricia dice que se vio obligada a mantener en la escuela al niño porque no "alcanzó" a traer los certificados escolares de Colombia y el establecimiento fue casi "obligado" a recibirlo con base en el Acuerdo 455 del Ministerio de Educación. La norma dispone "que los niños y adolescentes refugiados que se hallaren en imposibilidad de comprobar documentadamente su nivel de estudios deben ser recibidos en el nivel que determine su conocimiento, determinado en una evaluación de materias básicas"
Refugiados colombianos se han organizado en Quito para hacer visible el problema de la xenofobia. La Asociación de Refugiados Colombianos en Ecuador busca el reconocimiento de los derechos que tienen en este país.
ECUATORIANOS VS COLOMBIANOS
¡¡Guayaquil sin Dios ni ley!! En los tres primeros meses del 2006 han asesinado a 294 ciudadanos. Nadie está seguro dentro ni fuera de su propia casa. De cada diez personas encuestadas por "Diario Extra", ocho han sido víctimas de los delincuentes, tanto en los autobuses como en la calle. La mayoría de los encuestados han señalado la falta de educación y el desempleo como origen del grave problema del crimen. De la misma opinión es el ex jefe del Comando Provincial de Guayas de la Policía Civil Nacional, coronel Luis Estuardo Cadena Albuja. "Mientras no haya una política de Estado capaz de generar más trabajo, de nada servirá tener un ejército de patrulleros". Por su parte, Enrique Proaño Carrera, secretario general de Comunicación, ha dicho: "El gobierno está trabajando en el control de la delincuencia, pero tenemos el desplazamiento de muchos colombianos que huyen por motivos de la guerrilla y que forman sus propias bandas y realizan los atracos".
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VENEZUELA Y ECUADOR BLINDARÁN FRONTERAS
Caracas establecerá un comando unificado militar para asegurar la defensa. Quito fortalece presencia de efectivos militares y policiales. Aunque sin mayores precisiones sobre cuándo comenzaría a funcionar, el ministro de Defensa de Venezuela, general Raúl Isaías Baduel, anunció que las Fuerzas Armadas de este país estrenarán próximamente la figura de una "autoridad única militar" para la frontera con Colombia, que coordinará los esfuerzos de comunicación y operativos de contención de la delincuencia en esa zona. En Venezuela se critica constantemente la escasa coordinación de estas instancias con otros cuerpos de seguridad como las policías regionales, el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Policía Científica) y la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (policía política). Según los últimos datos de la Dirección de Estadísticas del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, desde 1999 en Venezuela han ocurrido 1.147 secuestros, en su mayoría en los estados fronterizos. Allí también, desde hace dos o tres años, el sicariato se ha convertido en una nueva modalidad delictiva, con permanente incremento. Por su parte la Cancillería de Ecuador expresó ayer que resguarda con "toda firmeza" la frontera con Colombia, escenario de actividades de grupos armados ilegales que preocupan a EEUU Agregó que no ha dejado de exigir a Colombia "mayor control de las fronteras con Ecuador, al tiempo que ha fortalecido la presencia de sus propios efectivos militares y policiales que patrullan y vigilan constantemente la región". En el último reporte (informe) anual sobre el comercio mundial de drogas, EEUU advirtió que "las actividades de grupos armados ilegales en la frontera norte (de Ecuador) siguen siendo muy preocupantes". Además, el presidente George Walker Bush citó a Ecuador entre los países de gran tránsito o producción de drogas ilícitas y deploró un "incremento dramático" de la cocaína transportada a EEUU. Más información.
TRAFICANTES DE PESADILLAS
Colombia ocupa el tercer lugar en trata de personas en el continente. A Ecuador y Venezuela es enviada la mayoría de víctimas. Trabajo forzoso, servidumbre por deudas, trata de personas, prostitución forzada: los nuevos sometimientos. Como hace 400 años, muchos colombianos son vendidos en el mercado negro por redes de traficantes que cobran dinero por ellos a cambio de que otros los humillen, exploten y golpeen hasta de por vida. Muchos han logrado escapar y denunciar su caso, pero otros siguen sometidos.
"Me llamo Yesenia. Tenía 18 años cuando escuché que si venía a Bogotá podría trabajar, estudiar y ayudar a mis padres. Una tía me recibió, brindándome un pequeño cuarto mientras conseguía trabajo. Después de unos días me llevó a una casa muy linda de gente adinerada, donde tendría que trabajar. Los dueños de casa le entregaron un buen monto de dinero a mi tía quien se fue y me dejó sola".
Así comienza el relato una de las víctimas que después de dos años de servidumbre pudo escapar y relatar lo sucedido. "Allí empezó mi tortura: además de gritarme, tenía que hacer todo el oficio de la casa, trabajando de 5 a 18 horas diarias. Un día me enfermé y no pude trabajar. La dueña de la casa me golpeó y obligó a trabajar, además me gritó que no me podía rehusar a nada porque le había pagado mucho dinero a mi tía por mi".
Los nuevos esclavistas son, según un informe del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), "lobos disfrazados de ovejas" que someten mediante el engaño.
Lo peor es que sin necesidad de salir del país las víctimas son sometidas a todo tipo de torturas sicológicas y físicas si no hacen lo que sus nuevos "amos" les ordenan, tal como lo confirma Yesenia.
La esclavitud, precisa un informe de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), tiene en Colombia varias modalidades: trabajo forzoso, servidumbre por deudas, tráfico de migrantes, trata de personas, trata de niños, prostitución forzada, esclavitud sexual, turismo sexual, matrimonio forzoso y venta de esposas, novias por catálogo y servidumbre infantil.
"Me dí cuenta de que era una esclava y que mi tía me había vendido. Lloraba todo el tiempo y pensaba en cómo escaparme. Un día fuimos al mercado y aproveché la confusión de mucha gente para escaparme. Corrí hasta perderme de la vista de mi patrona. Llegué a una estación de Policía, conté lo sucedido, pero como no conocía la ciudad, no sabía la dirección de mi tía ni de mi patrona. La Policía me ayudó a retornar a mi casa", finaliza Yesenia.
El viaje más caro
Dice el documento de OIM que hasta ahora no se ha dimensionado la esclavitud de colombianos en su propio territorio. Pero, advierte, no significa que quede en un segundo plano el nivel "exagerado" de explotación de colombianos en el extranjero mediante las modalidades de trata de personas y tráfico de inmigrantes.
Los victimarios se valen de agencias fachadas de viaje, redes que ofrecen estudio en el extranjero, agencias de empleo, agencias matrimoniales y hasta empresas que ofrecen "novias por catálogo Pero, sin necesidad de acudir a ellas, en barrios de las distintas ciudades hay personas que se dedican a esclavizar personas, muchas de ellas niños que incluso son explotados por sus familiares.
"Ha habido caso de niños vendidos por sus propias mamás", recuerda un agente de Interpol quien en la actualidad trabaja con miembros del DAS en el desmantelamiento de estas redes y se reserva la identidad.
Colombia ocupa en América el tercer puesto en este delito después de Brasil y República Dominicana. "La trata de personas está muy ligada a la explotación sexual de mujeres. Los países a donde más se están enviando colombianas a prostituirse contra su voluntad son, en su orden, Venezuela, Ecuador, España y la mayoría de Asia", recuerda el agente de Interpol.
El Reporte de Trata de Personas de 2005, del Departamento de Estado de los Estados Unidos, indica que entre 45.000 y 50.000 mujeres, gran parte de las cuales pueden ser víctimas de trata, ejercen la prostitución fuera del país. Según el DANE, más de dos millones de niños trabajan y algunos de ellos son explotados en nuestro país.
Sobre la trata de personas las cifras son muy difusas porque, reconocen las autoridades, la gente teme denunciar. Quizás por la naturaleza misma del crimen sólo hay datos consolidados hasta 2004. "Entre 2002 y 2004 el total de víctimas fue de 211, mientras que el total de tratantes fue de 285", según las cifras del DAS. La gran mayoría de estos casos estuvieron relacionados con trata externa con fines de explotación sexual". Pero, bajo otra modalidad, la de tráfico de inmigrantes, cientos de colombianos trabajan encerrados y humillados en otros países.
"Soy Judith y tengo 50 años. Vivo en Sincelejo, tengo tres hijos y un matrimonio hace 20 años. Soy enfermera y no había podido darle estudio universitario a mis dos hijos mayores", comienza el relato Judith quien vivió la esclavitud pero en el exterior.
"Un día llegó una empresa de empleos ofreciendo oportunidades laborales afuera. Cuando escuché esta oferta me acerqué y a los dos meses me habían conseguido trabajo en Arabia Saudita, tenía visa de trabajo por un año, pero yo debía pagar el pasaje y los papeles".
La mujer aceptó y hoy relata una pesadilla: "Como no tenía el dinero para los pasajes y los papeles, la misma empresa me ayudó a contactarme con un señor llamado Roberto, quien me realizó un préstamo bajo la hipoteca de mi casa. Con este trámite pude viajar".
Una mujer árabe llamada María le brindó hospedaje y alimentación que debía pagar cuando consiguiera trabajo. En Colombia, mientras tanto, presionaban para que su familia pagara la deuda de la hipoteca.
Dos meses después de viajar María le consiguió un empleo: "enfermera de un viejito de 85 años". Pero a cambio Judith tenía que darle a María el 80 por ciento de lo que le pagaban. "Adicionalmente mi patrón me maltrataba, no me daba descanso, no podía salir...".
María le comunicó después de seis meses que su visa de trabajo estaba vencida y quedaba indocumentada, pero que debía seguir trabajando porque no había pagado ni el 10 por ciento de lo que le debía.
"Me negué a seguir trabajando en esas condiciones". María avisó a las autoridades migratorias y la detuvieron. Estuve detenida por un tiempo por estar indocumentada, además me tocó pagar una multa por estar sin permiso de trabajo. Acabo de llegar a Colombia, con una deuda, mi casa hipotecada y afectada sicológicamente".
Judith ya fue atendida por la OIM pero cientos de colombianos no han podido romper sus cadenas aquí y afuera.
Elizabeth Yarce.
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AGENCIA BK DETECTIVES ASOCIADOS