FEMINIZMO EXTORSIÓN DE GÉNERO

TERRORISMO PSICOLÓGICO

"El SAP (Síndrome de Alienación Parental) se da en el ámbito de las separaciones contenciosas (un tercio de las separaciones). Aunque el divorcio data de 1981, hasta hace un par de años no se ha puesto en entredicho el papel de la madre –José Manuel Aguilar Cuenca, psicólogo forense, entrevistado por la revista "El Tiempo" en el reportaje "No quiero ir con papá, es malo"–. El síndrome de alienación parental es un trastorno caracterizado por la transformación de la conciencia de lo hijos para impedir o destruir su vínculo con el otro progenitor. Quien lo incita normalmente es la persona que tiene la guarda y custodia de los menores (las madres en el 95 por ciento de los casos)".

Nota.- Naturalmente Ana María Pérez del Campo Noriega, franquista reciclada por el "soezcialismo" zapaterino ha negado la evidencia científica del SAP, y por lo tanto su reconocimiento. Ay, Caldera, Caldera. ¿Orgullosamente feminista también? Pero hay muchas víctimas femeninas del terrorismo psicológico feminista: por ejemplos las hijas de las víctimas de Ana María Perez del Campo Noriega; sus demandas amañadas con las victimarias del chantaje.

¿FEMINISTA O ESPABILADA?

Una divorciadita española, a pesar de cobrar la "pensión compensatoria" del ex marido (ay como un hombre pretendiera vivir legalmente a costa de su ex cónyuge), estaba unida en cuerpo y alma a otro caballero, su noviecito de Granollers, si bien ambos continuaban viviendo en casas separadas para disimular. Pero un detective contratado por el ex marido aportó las pruebas y la sección 18 de la Audiencia Provincial de Barcelona dictó sentencia en un periquete. ¡Mala suerte, nena! Pero ¿cuántos fraudes semejantes no persisten impunemente por falta de medios para contratar a un detective privado?

Ocurrió hace unos quince años en un pueblo extremeño. Inocencio y Victoria firmaron voluntariamente las capitulaciones. Ella se quedó con la vivieda y él con la furgoneta (para trabajar doce horas diarias). Los niños quedaron bajo la guarda y custodia de la madre, pero sin límites ni condiciones a la hora de ser visitados por el padre. Sin embargo, una vez dictado el fallo de la sentencia (presentada de común acuerdo), Victoria perdió la memoria pacifista. En realidad todo había sido un truco. Pero ¿como quitarle los hijos a Inocencio? Presentó una denuncia en el Juzgado de Guardia por violación. Durante tres meses, Inocencio permaneció encarcelado, y poco después el juez archivó la causa por falta de pruebas. Victoria no quiso someterse a la inspección ginecológica ni tampoco pudo explicar cómo Inocencio había entrado en la casa la noche de la presunta violación si ella había cambiado la cerradura tras la separación (apareció la factura del cerrajero). Entremedias la avispada letrada de Victoria solicitó la modificación de la sentencia de separación para quitarle a Inocencio la patria potestad de los hijos y el régimen de visitas (pidió arrebatarle todos sus derechos, pero ninguna obligación económica naturalmente) basada precisamente en la falsa violación. Dimes y diretes judiciales. Autos, recursos, providencias. Tardó más de un año en volver a ver a sus hijos, que lo repudiaron. Inocencio perdió la casa, los hijos, la libertad durante tres meses, la fama, el trabajo. Emigró a Barcelona. Cuando acudió a la Organización de Usuarios de la Justicia mascullaba la idea del suicidio. ¡Qué bonito es el matrimonio!

HIJOS MANIPULADOS TRAS LA SEPARACIÓN

Me inquieta el incremento del síndrome de alienación parental (estudiado en EEUU desde 1985) porque se trata de un atentado contra el derecho de los hijos a disfrutar de ambos progenitores. Sucede en muchas separaciones. Uno de los progenitores programa mentalmente a los hijos para identificar al otro progenitor como una amenaza, un enemigo. Es un lavado de cerebro tal como sucede en las sectas. Instila en el menor una actitud refractaria hacia el padre (para defenderse de él). "Tú a mí no me mandas", por ejemplo. El padre pierde el afecto del hijo y al hijo le roban al padre. La madre alieanadora por fin ha provocado la mutilación emocional del hijo, que se aferra a ella. "Mi hijo me adoraba, pero ahora no lo reconozco", me han confesado padres entr e sollozos. Pero el drama no es irreversible. Sólo es necesario quitarle temporalmente la custodia del hijo alienado (maltratado psicológicamente) a la madre alieanora. Pero los jueces no quieren comprometerse, complicarse la vida. ¡¡Y se consuma el maltrato psicológico!! Arantxa Coca Vila, psicóloga y coautora de "Cómo detectar y tratar la alienación parental", en "La Vanguardia".