Boyacá es la historia de la
Independencia de Colombia de España y Boyacá es la memoria viva de España en
Colombia. Tunja es como un rincón de Canarias o Andalucía, un rincón maltratado
en la plaza de la basílica por una mole de cemento sede de la Lotería de
Boyacá. Tunja es una ciudad medio campesina sembrada de joyas arquitectónicas
como Santo Domingo de Guzmán, Santa Bárbara, San Leonardo, San Ignacio, San
Francisco de Asís. Bellas iglesias para recreo del alma y los sentidos. Ningún
mendigo delante de los templos de Tunja. En la iglesia de San Francisco de Asís
hay un púlpito, pero no hay escalera para subir al púlpito. De Tunja a Villa de
Leyva un puñado de kilómetros sorteando curvas y abismos. Villa de Leyva es un
tesoro hecho poesía en las casas pintadas de blanco y verde, en los balcones de
madera, en las calles empedradas. Es un villa para recorrerla despacio, zaguán
por zaguán. Restaurantes, hoteles y tiendas de patios floridos; macetas
cubiertas de nardos, buganviles, azaleas, gladiolos, azucenas, geranios. La
iglesia de la Virgen del Rosario, el convento de las Carmelitas Descalzas y el
hotel La Mesopotamia cautivan sobremanera. Media docena de plazas cobijan
parterres, bancos y estatuas de personajes ilustres. El monumento a Antonio
Nariño Álvarez, de fidelidad probada a Simón Bolívar, está jalonado por una
lápida:
"Amé a mi patria,
cuánto fue ese amor
lo dirá algún día la historia.
No tengo que dejar a
mis hijos sino mi recuerdo,
y a mi patria le dejo las cenizas"
Desde Villa de Leyva parten excursiones hacia la
cascada de la Periquera, el desierto de Villa de Leyva, la cueva de la Fábrica,
el Paso del Ángel, la laguna de Iguaque. También en las inmediaciones se ha de
visitar el Museo Paleontológico, los restos fósiles de la región sumergida
antiguamente por el mar. Quien no conoce Villa de Leyva no se imagina como es
el cielo.
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AGENCIA BK DETECTIVES ASOCIADOS